El Frente Nacionalista de México respalda toda iniciativa destinada a limpiar o anular la elección del pasado primero de junio, donde los candidatos apoyados por el oficialismo fueron electos por una porción muy pequeña del electorado, lo cual pone en entredicho el carácter supuestamente democrático de esta elección.
En efecto, la elección del poder judicial no tiene otro propósito que colocar en las magistraturas a partidarios del gobierno en turno para no enfrentar obstáculos a la hora de llevar a cabo sus controvertidas obras de infraestructura y sus polémicos proyectos turísticos. Sin embargo, es importante señalar que la oposición liberal encabezada por los partidos woke PAN y PRI, fueron cómplices silenciosos de esta entrega, pues ni siquiera fueron capaces de competir con sus propios “acordeones” ni pudieron ayudar a Norma Piña y al resto de sus compañeros abortistas y feministas, que por motivos partidistas fueron “defenestrados” de las magistraturas.
Ciertamente, el hecho de que el Poder Judicial esté a cargo de simpatizantes del partido oficial es preocupante.
Sin embargo, los jueces afines a las administraciones de Fox, Calderón y Peña Nieto se comportaron como los más entusiastas agentes de la izquierda internacional al impulsar las agendas globalistas, imponiendo las cuotas de género que hicieron posible la candidatura de personas a las que ahora repudian.
Por ende, no podemos esperar sino una continuidad en lo que respecta a la satanización judicial de los varones, la destrucción de los valores familiares y una política sistemática de ataques contra la libertad de expresión, como se ha venido dando en los últimos años.
De ahí la importancia de estudiar la elección judicial y sus implicaciones, más allá de un boicot sin estrategia y una impugnación sin pies ni cabeza, que paradójicamente servirán para legitimar las posturas del oficialismo y evitar que se discutan las cuestiones verdaderamente importantes como es el tema de las fiscalías, los ministerios públicos y los engorrosos procedimientos heredados del derecho positivo europeo, que por su origen extranjero es inaplicable a una cultura premoderna como la nuestra. De ahí que en nuestro país las leyes sean letra muerta y que el ciudadano se encuentre totalmente indefenso ante los abusos de los criminales y los delincuentes.
lPor ende, impugnar la elección no es suficiente, pues es el estado moderno en su totalidad lo que debe ser impugnado y desmantelado para que un nuevo orden nacional pueda surgir desde las entrañas de este México profundo a que la clase política criolla ha tratado de negar y combatir.
Construyamos entonces, la revolución nacional.
“México para los mexicanos”
Comité de Prensa
Frente Nacionalista de México “Siglo XXI”
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